Confesiones de dos amigas al final de la universidad
Hace unos días recibí la llamada de una de mis mejores amigas de toda mi vida. Hemos sido amigas por más de 12 años y tristemente, nuestras conversaciones últimamente se habían confinado a "me gusta" en facebook y compartir estados. Pues bien, ese día, mi amiga obtuvo su grado y, luego de casi 6 años, por fin era profesional.
La llamada de mi amiga esa noche fue algo que no esperaba. Me sorprendió mucho pues pensé que iba a estar "celebrando" con sus amigos también graduados. Cuando empezamos a hablar me dijo que ese día había estado un tanto nostálgica y que se había acordado de cuando nos graduamos de primaria. Nos acordamos de los bailes, la clausura y el pastel de graduación. Recordamos que, mal que bien, para aquel entonces ya teníamos asegurados nuestros estudios para el siguiente año y todo lo que conllevó nuestra separación y reencuentro 4 años después. Hicimos un recuento de nuestras historias, lo bueno, lo malo, lo bonito y lo feo. Fue una bonita conversación.
Sin embargo, llegamos al punto actual de nuestras vidas. Ella, con apenas 8 horas de graduada y yo aún intentando descifrar lo que quiero hacer con mi vida. Mi amiga me contaba que su familia estaba satisfecha y muy alegre con su grado y ella de cierta forma también lo estaba, el problema ahora se fundamentaba en lo que iba a pasar al día siguiente cuando se despertara y ya no tuviera que ir a la universidad. Aún no tenía trabajo estable y las oportunidades no es que abundaran. Además, como creo que pasa con todos los pregrados, su carrera tiene muchos campos de aplicación, así que, si quería enfocarse en alguna rama, tenía que hacer un posgrado.
Mientras ella me contaba sus preocupaciones luego de la graduación, yo le comentaba mi situación actual. Cuando te das cuenta que por más que lo intentas no obtienes lo que quieres, que el tiempo se convierte en un recurso muy escaso y que todo el mundo te presiona para que te gradúes rápido, uno siente enloquecer. Yo le comentaba acerca de mis planes futuros de estudiar otra carrera que me apasione un poco más y de cómo se presentan muchos inconvenientes para hacerlo. Pero, luego de ese pliego de quejas ella me contestó con una frase que me puso más pensativa de lo normal: "Y, ¿te quieres graduar para estar como yo?, ¿qué vas a hacer cuando ya estés en mi situación?".
Evidentemente es una cosa que, si bien ya había considerado previamente, no le había dado la importancia que requería. Y es que es muy importante ese paso siguiente ya que de ahí se desprenden muchos elementos que influyen en el resto de la vida. "Si empiezas en algo que no te gusta, puede que esa experiencia condicione tu siguiente trabajo". Puede que no sea 100% seguro y que haya otras oportunidades, pero si puede ser el primer paso para especializarte y, en el momento de elegir otro trabajo, te podrán asignar un puesto basado en tu experiencia previa.
"Muchas empresas piden 2 o 3 años de experiencia, pero pocas te dan la oportunidad de tener una primera experiencia laboral". Este es otro tema muy cierto y a la vez duro de enfrentar. Está claro que cuando uno se gradúa pues no es propiamente un experto y que hay demasiadas cosas teóricas que sólo en la práctica se pueden descubrir. Además existen otras muchas habilidades que no aprendes tan fácil en una universidad. Lo ideal -teóricamente- sería encontrar un trabajo mientras estudias, pero en mi caso, y según muchas de las experiencias de otros de mis compañeros, las prácticas no están propiamente relacionadas con la carrera. Además que el tiempo se alarga y el grado se difumina a lo largo de la línea del tiempo.
No me gusta presumir, pero me alegra contar con amigas con las que puedes debatir y encontrar puntos de vista que complementan al tuyo. Lo anterior lo digo porque, como resultado de nuestra charla, terminamos hablando un poco de la filosofía de la vida. "Debería existir una forma diferente de hacer las cosas" - decíamos - "¿Por qué tenemos que pasar nuestras vidas trabajando sabiendo que allá afuera existe un mundo que conocer?, ¿por qué parece que no pudiésemos salir del sistema tan esclavizante en el que hemos crecido y que nos ha formado para no salir de él?, ¿por qué?".
La verdad es que no le encontramos solución al problema en esa noche de amigas. La verdad es que, seguramente, ella se despertó el siguiente día a buscar algo que hacer y yo me desperté con ganas de acabar el proyecto de grado y cruzar esa línea. El ideal de una vida dedicada a vivir brilla desde ese día en nuestras mentes y creo, que tanto ella como yo, vamos a tratar de hacer todo lo posible para alcanzarlo.
La llamada de mi amiga esa noche fue algo que no esperaba. Me sorprendió mucho pues pensé que iba a estar "celebrando" con sus amigos también graduados. Cuando empezamos a hablar me dijo que ese día había estado un tanto nostálgica y que se había acordado de cuando nos graduamos de primaria. Nos acordamos de los bailes, la clausura y el pastel de graduación. Recordamos que, mal que bien, para aquel entonces ya teníamos asegurados nuestros estudios para el siguiente año y todo lo que conllevó nuestra separación y reencuentro 4 años después. Hicimos un recuento de nuestras historias, lo bueno, lo malo, lo bonito y lo feo. Fue una bonita conversación.
Sin embargo, llegamos al punto actual de nuestras vidas. Ella, con apenas 8 horas de graduada y yo aún intentando descifrar lo que quiero hacer con mi vida. Mi amiga me contaba que su familia estaba satisfecha y muy alegre con su grado y ella de cierta forma también lo estaba, el problema ahora se fundamentaba en lo que iba a pasar al día siguiente cuando se despertara y ya no tuviera que ir a la universidad. Aún no tenía trabajo estable y las oportunidades no es que abundaran. Además, como creo que pasa con todos los pregrados, su carrera tiene muchos campos de aplicación, así que, si quería enfocarse en alguna rama, tenía que hacer un posgrado.
Mientras ella me contaba sus preocupaciones luego de la graduación, yo le comentaba mi situación actual. Cuando te das cuenta que por más que lo intentas no obtienes lo que quieres, que el tiempo se convierte en un recurso muy escaso y que todo el mundo te presiona para que te gradúes rápido, uno siente enloquecer. Yo le comentaba acerca de mis planes futuros de estudiar otra carrera que me apasione un poco más y de cómo se presentan muchos inconvenientes para hacerlo. Pero, luego de ese pliego de quejas ella me contestó con una frase que me puso más pensativa de lo normal: "Y, ¿te quieres graduar para estar como yo?, ¿qué vas a hacer cuando ya estés en mi situación?".
Evidentemente es una cosa que, si bien ya había considerado previamente, no le había dado la importancia que requería. Y es que es muy importante ese paso siguiente ya que de ahí se desprenden muchos elementos que influyen en el resto de la vida. "Si empiezas en algo que no te gusta, puede que esa experiencia condicione tu siguiente trabajo". Puede que no sea 100% seguro y que haya otras oportunidades, pero si puede ser el primer paso para especializarte y, en el momento de elegir otro trabajo, te podrán asignar un puesto basado en tu experiencia previa.
"Muchas empresas piden 2 o 3 años de experiencia, pero pocas te dan la oportunidad de tener una primera experiencia laboral". Este es otro tema muy cierto y a la vez duro de enfrentar. Está claro que cuando uno se gradúa pues no es propiamente un experto y que hay demasiadas cosas teóricas que sólo en la práctica se pueden descubrir. Además existen otras muchas habilidades que no aprendes tan fácil en una universidad. Lo ideal -teóricamente- sería encontrar un trabajo mientras estudias, pero en mi caso, y según muchas de las experiencias de otros de mis compañeros, las prácticas no están propiamente relacionadas con la carrera. Además que el tiempo se alarga y el grado se difumina a lo largo de la línea del tiempo.
No me gusta presumir, pero me alegra contar con amigas con las que puedes debatir y encontrar puntos de vista que complementan al tuyo. Lo anterior lo digo porque, como resultado de nuestra charla, terminamos hablando un poco de la filosofía de la vida. "Debería existir una forma diferente de hacer las cosas" - decíamos - "¿Por qué tenemos que pasar nuestras vidas trabajando sabiendo que allá afuera existe un mundo que conocer?, ¿por qué parece que no pudiésemos salir del sistema tan esclavizante en el que hemos crecido y que nos ha formado para no salir de él?, ¿por qué?".
La verdad es que no le encontramos solución al problema en esa noche de amigas. La verdad es que, seguramente, ella se despertó el siguiente día a buscar algo que hacer y yo me desperté con ganas de acabar el proyecto de grado y cruzar esa línea. El ideal de una vida dedicada a vivir brilla desde ese día en nuestras mentes y creo, que tanto ella como yo, vamos a tratar de hacer todo lo posible para alcanzarlo.
- Gracias Andrea.
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Tomado de: Violeta, mi otro yo y el diario
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